No basta con cepíllarte todos los días para mantener los dientes limpios y sanos sino también debes ponerle atención a tus encías que pueden estar infectadas; con la enfermedad denominada “Gingivitis” o "Periodontitis".
La principal diferencia entre la gingivitis y la periodontitis es que esta segunda afecta al hueso que tiene como función soportar al diente. La gingivitis no la afecta y queda todo el problema en la encía.
La gingivitis es la inflamación, hinchazón y sangrado del tejido por una encía, es causado por una serie de bacterias que se encuentran en la dentadura de todas las personas.
Las bacterias forman una placa blancuzca y pegajosa en los dientes llamada placa dental. Si la placa dental no se limpia adecuadamente las bacterias formarán toxinas, la cual irritarán a las encías y las pondrán rojas e hinchadas, estando así propensas a sangrar en forma frecuente, las toxinas destruyen el tejido de las encías, haciendo que se separen los dientes y que se formen bolsas.
Causa de la gingivitis
Unos de los principales factores que originan la gingivitis es la inadecuada higiene bucal, esto quiere decir que las personas no se cepillan adecuadamente los dientes o no se pasan el hilo dental. Mucho menos reciben el tratamiento de un dentista.
Otros de los factores que pueden desencadenar este problema son los desequilibrios hormonales, tales como el embarazo, la menstruación y el cambio hormonal durante la adolescencia.
Del mismo modo, aquellas personas que suelen respirar por la boca pueden sufrir de gingivitis, ya que el aire reseca las encías.
Una dieta inadecuada puede dar origen y avance de la gingivitis aumentando así la seriedad del problema. Es recomendable pues, que en tu dieta incluyas alimentos como panes, cereales y frutas, que aportan al organismo todas las sustancias que necesita.
El uso de medicamentos como las pastillas anticonceptivas y la ingestión de metales pesados, como el plomo y entre otros, también están relacionados con el desarrollo de la gingivitis.
La mayoría de personas experimentan la gingivitis en niveles. Ésta se presenta generalmente durante la adolescencia o durante la edad adulta, debido a los cambios hormonales, y puede volver a persistir o reaparecer, dependiendo del buen estado de los dientes y las encías.
Tratamiento de la gingivitis y periodontitis
Si las personas recurren a un tratamiento de la gingivitis o periodontitis, es porque detectaron síntomas tales como: sangrado de las encías, color demasiado rojo, sensibilidad de las encías, etc.
El dentista revisará la boca y los dientes y observará si las encías están inflamadas o de color rojo. Y puede observar cúmulos de placa y sarro en la base de los dientes.
Si la persona padece de gingivitis, el objetivo primordial del odontólogo es desinflamar la encía; lo cual hace una limpieza total, puede incluir el uso de diversas herramientas para remover las partículas que se encuentran entre los dientes.
Puede tomar también radiografías de los dientes y hacer mediciones del hueso dental para determinar si la inflamación se ha diseminado a las estructuras de soporte de los dientes.
Es importante el enguaje bucal
Asimismo, puede recomendar el uso de enjuagues bucales antibacterianos u otro tipo de ayuda además del uso constante y cuidadoso del cepillo y el hilo dental.
Una vez terminada esta limpieza bucal; el paciente debe mantener la higiene, mediante un buen cepillado y el uso del hilo dental para evitar que se siga prolongando la inflamación, a medida que disminuye la inflamación desaparecerá el dolor
Los odontólogos indican que una de las maneras más eficaces para prevenir la enfermedad es lavarse adecuadamente la boca cuantas veces sea necesario y que cuando existan sospechas sobre este mal es necesario recurrir a la consulta de un especialista, ya que será el único que puede diagnosticar un tratamiento adecuado.
Para prevenir la gingivitis, lávate los dientes después de cada comida y durante un tiempo de tres minutos por cada vez que lo haga. Adicionalmente se recomienda hacer uso del hilo dental para retirar los residuos de alimentos que quedan entre los dientes.
Cepillarse en seco (sin pasta dental), puede ayudarles en la solución de este problema. Elija una parte de la boca y límpiese el resto de la misma forma. Esto puede realizarlo mientras desarrolla otras actividades como el de mirar televisión. Sea constante, elija una rutina y manténgase en ella.
También resulta provechoso para la prevención de esta enfermedad enjuagarse la boca con una solución de agua con sal. Agua con sal es un buen calmante para el tejido inflamado y elimina parte de las bacterias. En caso que no pueda lavarse la boca después de comer, al menos enjuáguesela con agua para lavar la suciedad y evitar la inflamación de la gingivitis.
Cuando nos lavemos la boca no sólo debemos limitarnos a cepillarnos los dientes, sino que tenemos que hacer lo mismo con la lengua y el paladar, puesto que sólo así, reduciremos las cantidades de bacterias.
Sin embargo, por más bien que uno se haya cepillado, no se podrán eliminar los residuos de comida que han quedado atrapados entre los dientes. No obstante, afortunadamente existen los hilos dentales, los cuales debemos pasarnos dos veces al día.
Además se debe usar una pasta de dientes antisarro, ya que el sarro es un material endurecido con algunos residuos bacterianos y que a veces permanecen en la placa dental. Asimismo, los dentífricos antisarro, ayudan a la mineralización de la placa dental.
Por ello, la limpieza dental, y la revisión en forma regular es necesaria tanto para prevenir como para combatir de manera adecuada este problema rápidamente. Si nota el enrojecimiento de sus encías es importante que recurra a la consulta de un especialista.
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