Hiperconectados. Tecnología. Nuevas generaciones.



Las tecnologías de información y comunicación pueden llegar a inundarnos. Estar siempre conectado es una fuente de distracciones que hace trabajar de manera deficiente.

Vivimos actualmente la generación digitalizada o generación digital. Hasta hace poco los estudiantes y público en general acudían a los libros para consultar y cuando se requería una mayor fuente se iba directamente a los profesores o a las universidades.

Hoy, basta con tener internet. Ya algunos países han anunciado que en pocos años eliminarán los libros y cuadernos de las escuelas. Se vive ya en las nuevas generaciones, la generación digital. Nuevas generaciones seguirán viniendo.


Un usuario acostumbrado a las técnicas de comunicación puede tener abiertos media docena o más de canales a la vez. Mientras escribe con el ordenador, en su pantalla puede comprobar cada pocos minutos el correo electrónico que le llega y a la vez vigilar las cotizaciones de Bolsa u otras informaciones por la web, y en una esquina tener abierta una ventana para ver televisión.

En cuanto le manden un recado por Twitter, por su red social o por mensajería instantánea, lo verá. Con el teléfono móvil, que es también agenda, puede hablar o usar el SMS, y recordar gracias a los avisos acústicos la hora de una próxima cita o el vencimiento de una gestión pendiente.

Así son los hombres y mujeres multitareas, de las nuevas generaciones, siempre conectados, capaces de hacer varias cosas a la vez o de pasar de una a otra a velocidad vertiginosa. Resulta, que tales personas olvidan más cosas, se despistan más y trabajan menos.

Riesgos de ser hiperconectado

Entre los adolescentes pueden presentarse riesgos para su salud, los cuales son:

  • Depresión.
  • Abuso de drogas o alcohol.
  • Estrés.
  • Bajo rendimiento académico.
  • Cansancio físico.
  • Trastornos en la alimentación.
  • Anorexia.
  • Problemas de sueño.
  • Tendecias suicidas.
  • Consumo excesivo de la televisión.
  • Agresividad.
  • Sexo precoz.
Tecnología

Es el conjunto de saberes, habilidades, destrezas y medios necesarios para llegar a un fin predeterminado haciendo uso de objetos artificiales o la organización de tareas.




La actividad tecnológica predomina en el progreso social y económico, pero su caracter abrumadoramente comercial hace que esté más dirigida a satisfacer los deseos de los más prósperos consumistas. Las nuevas generaciones deben aprender a producir también tecnológicamente.

La tecnología ha contribuido de diferentes maneras en el contexto humano y ha provocado un cambio en la misma, ha logrado sobrepasar algunos percances que conllevan a la realidad y así mostrar adelantos magníficos a la sociedad en común.

La tecnología actual permite a las personas superar una limitación que los psicólogos habían dado por invencible: nuestro cerebro a duras penas puede procesar dos flujos de datos simultáneos, y nunca usarlos para tomar dos decisiones a la vez.

Para comprobar si esto había cambiado, diseñaron algunos experimentos para dos grupos de personas: uno de multitareas y otros acostumbrados a trabajar de modo más tradicional.

En una prueba en que se trataba de identificar cambios de posición en figuras rojas sin atender a lo que pasara con otras azules, los multitareas puntuaron peor. La explicación plausible es que son menos capaces de filtrar la información para desechar la irrelevante.

De hecho, se mostró que pierden rendimiento porque tienden a buscar nuevos datos sin pararse a juzgar si los que ya tienen son válidos y suficientes para sacarles partido. Quizá el descubrimiento más sorprendente es que los multitareas tardan más en realizar un trabajo y son más lentos en pasar de uno a otro.

Esto no significa que usar mucho las tecnologías de comunicación sólo tenga consecuencias perjudiciales. Hay indicios de que estimula las conexiones neuronales y la actividad cerebral. Pero puede disminuir la capacidad de concentrar la atención en una cosa, y esto es necesario para trabajar bien.




Al menos, así ocurre con la gran mayoría de las personas. En efecto hay personas capaces de manejar más de un flujo de informaciones a la vez. Pero son muy pocos menos del 3% de la población total.

Es importante reconocer que el empleo de la tecnología nos ayuda a estar en varios lugares a la vez siempre y cuando esta sea utilizada de una eficiente, el problema radica cuando esta es utilizada de manera descontrolada haciendo que perdamos el control de nuestras actividades y nos enfrasquemos en distracciones que nos alejan de lo que verdaderamente es importante.

El exceso de tecnología termina por distraernos y entorpecer nuestras tareas habituales. Seguro que en un primer momento todos estaríamos de acuerdo: en la oficina nos escapamos del trabajo con el mail, el Facebook, los blogs y los chats, y en casa el ordenador perennemente encendido nos aleja de las obligaciones familiares y de las conversaciones conyugales o con nuestros hijos.

Hay que admitir que todo lo que se ha mencionado tiene razón. Descontando el hecho de que en las sociedades poco avanzadas tecnológicamente los trabajadores pierden el tiempo charlando o tomando unas cervezas en lugar de consultando el mail (algo mucho más rápido e inmediato).

Los trabajos manuales comportan la obligación de concentrarse en una multitud de tareas simultáneas que, si bien no están relacionadas con la tecnología, resultan igual de estresantes. Piensen en el camarero de un bar atendiendo a la clientela, controlando el microondas, poniendo el lavavajillas y cobrando a los comensales.

Al final, tanto si usamos medios avanzados como tradicionales, todas las tareas tienen sus factores de distracción, y hay quien sostiene que la vía tecnológica ayuda a centrarse, aun distrayéndonos.

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