Hoy, ya hemos dejado de ver las ollas de la abuelita y se han tornado elementos decorativos en la cocina, las ollas actuales son primorosas y las tienes de todos los materiales, pero éstas ollas no siempre fueron así y es más en épocas muy antiguas no existían.
Con el transcurrir de los siglos han ido cambiando y mejorando su aspecto y dentro del hogar tienen un lugar muy importante.
La olla es una vasija redonda de barro o metal, que comúnmente forma barriga, con cuello y boca anchos y con una o dos asas, la cual sirve para cocer alimentos, calentar agua, etc. Indudablemente que tiene otras connotaciones. En el caso de las ollas de barro, son indispensables como parte de la cocina saludable y tradicional.
En este tema solo trataremos sobre la vasija en la cual se cuecen o cocinan nuestros alimentos y que también se le llama cazuela.
Hace millones de años en la prehistoria específicamente en la era paleolítica, los alimentos no eran cocinados por ningún medio, su ingesta era en crudo, pero ya en el neolítico al inventarse el fuego, y empezar a ingerir alimentos asados por las brasas del fuego los primitivos humanos descubrieron que los alimentos cocidos o cocinados eran más agradables es cuando empiezan a pensar en cómo hacer caldo o sopas para poder aprovechar la carne y tomar esa especie de jugo y calentarse más.
El hombre primitivo se dio cuenta que el barro se endurecía, si era sometido a mucho fuego, entonces empezó a moldear una especie de cuencos que los cocinaba en el fuego, así surgieron las primeras ollas y demás utensilios de cocina. Con certeza se sabe que las primeras vasijas de cerámica datan del neolítico aproximadamente 7,000 años antes de Cristo.
Las primeras vasijas de cocina que aún , no adquirían nombre de olla, llegaron a complejizar un poco la cocina puesto que en un solo recipiente ya se podía poner varios elementos como carne y verduras y con seguridad de allí viene el primer puchero conocido en el mundo como : puchero , sancocho, etc.
En el Perú, en la zona de Lauricocha, se han encontrado piedras labradas en forma de olla que datan de hace 18,000 a.C, lo que hace suponer que estas preciosas ollas eran puestas al fuego directo para calentar agua. Las culturas pre incas: Vicus, Paracas, Mochica, etc., han dejado vestigios donde se puede apreciar que ellos ya usaban las ollas de barro para cocinar sus alimentos.
Clasificación de la olla
Con el transcurso del tiempo el desarrollo de las ollas, ha dado pasos agigantados y por eso ahora podemos decir que las ollas se clasifican según el material de su fabricación:
1.- Ollas de barro.- Aún hay lugares donde se sigue cocinando en este tipo de ollas, fabricadas por los alfareros. El sabor de los alimentos cocinados en una olla de barro es exquisito, pero no es recomendable su uso por cuanto ahora las esmaltan y estos liberan plomo elemento letal para los seres humanos.
2.- En la época de cobre, el material para la fabricación de las ollas era indudablemente el cobre, material usado durante mucho tiempo en, Europa es un material más barato que el acero y aunque es el mejor conductor de calor, requiere de mucho cuidado y no es tan duradero como el acero o el aluminio.
Las ollas de cobre que se comercializan actualmente tienen un baño de estaño en la parte interior que entra en contacto con los alimentos.
3.- Una olla de hierro es una cazuela de paredes gruesas ( hierro fundido) con una tapa, las ollas de este material y modelo han sido usadas por siglos. En japonés se le denomina tetsunabe, ccotte en francés, en Sudáfrica potajier, bedourje en Australia y olla en castellano.
Las ollas de hierro se han usado más tiempo inicialmente en Holanda, usando arena seca para hacer sus moldes, a fines de 1600, la producción holandesa era más que el inglés. En 1704, el inglés Abraham Darby viajo a Holanda para estudiar el método de fabricación en ese país, cuando retornó a Inglaterra, lo patentó y produjo vasijas de metal fundido, para Gran Bretaña y sus colonias.
Las ollas de hierro tiene diversos modelos como:
Acampanada.- Este modelo tiene tres patas, un mango de alambre, una tapa ligeramente cóncava y ribeteada, de forma que las ascuas del fuego usado para cocinar puedan ponerse encima de ella. Esto proporciona un calor interno más uniforme y permite que la comida se cocine como en un horno
En Australia, una olla de acampada es una cazuela de acero parecida a la olla de hierro tradicional. Se le denomina Bedourie (Queensland).
En Sudáfrica, un potjie ("cazuelita" en afrikáans o neerlandés) es una olla tradicional redonda de hierro fundido con tres patas.
4.- Ollas de hierro fundido desnudo.- En EE.UU, previo a su uso condimentan las ollas, hirviéndolas y cepillándolas con poco o ningún jabón, secan la olla y le aplican una capa de aceite de cocina para evitar que se oxide. Las ollas limpias y aceitadas se guardan sin tapar. Una olla de hierro es eterna.
5.- Las ollas esmaltadas no necesitan condimentarse antes de su uso, pero pierden algunas de las virtudes de las ollas de hierro desnudo, son decorativas pero no se recomienda para frituras, el esmalte no soporta altas temperaturas.
6.- En el siglo XX, se generaron las ollas a presión, para dar facilidad a la cocción de los alimentos como carne y menestras. El cierre hermético de su tapa evita la pérdida de sabores y como necesita muy poca agua para la cocción conserva todas las sustancias nutritivas de los alimentos.
La olla a presión ahorra tiempo, y energía correctamente empleada, por su funcionabilidad, consume sólo la mitad de gas o de electricidad a diferencia de las otras cocciones.
7.- Ollas de acero.- Son una aleación de hierro y carbono. El hierro forjado contiene unas centésimas de porcentaje de carbono y el hierro colado entre un 2% y un 5%.
A todas las personas les sucede que en medio de la preparación de la sopa o de una deliciosa mermelada, tocan el timbre de la casa o un simple olvido hace que la olla tan amada quede parecida a un carbón.
No hay que desesperar, ni terminar agotado de tanto frotar. Tan sólo hay que seguir algunos consejos sencillos, para recuperar esa olla quemada y seguir haciendo nuestras comidas deliciosas con total comodidad.
- Primero, debemos enjuagar la olla con agua caliente, y dejarla remojando con toda la parte "quemada" cubierta en agua caliente, hasta dejar entibiar. Después, se debe lavar la olla como siempre: agua caliente, detergente y esponja suave, para eliminar todos los restos de comidas.
- Mezclar lejía y agua, hacerla hervir durante unos minutos. Luego, se vuelve a lavar la olla, para evitar rasparla.
- Frotar con una esponja de acero o metálica y jabón limpiador en polvo.
- Para recuperar ollas quemadas, en especial las de acero, es frotarlas con bicarbonato de socio y gotas de agua tibia.
1 comentarios:
Se siguen utilizando las ollas de barro y cada vez más. y recomienden el no uso de aquellas que estan esmaltadas, no generalizar por favor.
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